El Reglamento General de Circulación recoge los derechos y obligaciones de cada uno de los usuarios que transiten por vías públicas. Persigue el fin de legitimar la seguridad y buen comportamiento de transeúntes y conductores. para una mejor convivencia social.
Se apoya en principios como el de no conducir de modo negligente o temerario, comportarse de forma correcta para no entorpecer indebidamente la circulación o que prohíben el uso de vehículos que emitan ruidos superiores a determinados límites. También penaliza a quien arroje, deposite o abandone sobre las vías objetos o materias que puedan entorpecer la circulación.
El reglamento acota además que se deben señalizar y advertir maniobras con antelación suficiente, de forma apropiada y con claridad a los demás usuarios de las vías públicas.
También, como acápite recomienda que se deben dispensar los posibles errores de los demás y respetar las vías de circulación para facilitar el tránsito a todos los usuarios.