Los escritos e ilustraciones de hace unas décadas dedicados a adivinar el futuro de los coches pueden parecer absurdos a día de hoy. Estos se hacían casi siempre desde la ingenuidad de autores de ficción y solamente con la voluntad de llenar tebeos, libros o revistas de entretenimiento, a pesar de lo cual sirvieron de inspiración para las futuras generaciones que siguen buscando crear –aun a día de hoy- variantes de los famosos coches “voladores”. Por supuesto, prever el futuro es una tarea compleja, y es vital hacerlo con algo de imaginación, pero con los pies en el presente, basados en las tendencias del mercado y las potencialidades de la industria, y como no, también desde la observación de patrones pasados.
Si te levantas por la mañana y piensas que el futuro va a ser mejor, es un día brillante. De lo contrario, no lo es. Elon Musk
Haciendo historia
Hace apenas ciento cincuenta años que se creó el primer automóvil. Este dato resulta, cuando menos curioso. Sobre todo si se examinan los proyectos primitivos sobre el futuro de los coches de algunos visionarios de finales del siglo XIX. Ha llovido mucho desde entonces, y lo que hace tan poco –considerando la línea de tiempo de nuestra civilización- eran esbozos llenos de defectos o meras fantasías, se han convertido, gracias al ingenio humano en las creaciones auspiciadas por el célebre escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke, cuando acotó aquello de que cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.
La industria automotriz se encuentra en pleno proceso de transformación y si nos fijamos en las tendencias más actuales en cuanto a movilidad y motorización podemos avizorar que los coches en años venideros serán autónomos, amigables con el medio ambiente, transformables y dispondrán de capacidades de conectividad exponencialmente aumentadas.
En los últimos años se hace más latente la máxima de Peter Drucker “La mejor manera de predecir el futuro es creándolo”. Para ello, hay que tener muy claro hacia dónde van las necesidades de movilidad de los posibles clientes, interpretar factores demográficos, conocer y presentir las características de las vías de tránsito y sobre todo desafiar los límites de las tecnologías aplicadas al mundo del automóvil.
¿Qué tecnologías utilizarán los coches en el futuro?
Las inversiones en I+D extenderán aun más las ya numerosas opciones y las ventajas que ofrecen los autos eléctricos. Los coches serán diseñados indisolublemente ligados a las Inteligencias Artificiales (IA), el Big Data y el Internet de las Cosas (IoT). Esta trinidad esencial sustentará la implementación de sistemas de transporte que puedan transformar cualquier clase de vehículo en un “coche inteligente”. Los Sistemas Inteligentes de Transporte aportan niveles de automatización e hiperconectividad que proporcionarán la posibilidad de transitar de manera totalmente autónoma.
El número de puntos de recarga está aumentando conforme a la demanda y continuará aumentando de forma notable. Las baterías durarán mucho más permitiendo un mayor uso del vehículo entre una recarga y la siguiente. Así mismo la potencia del motor eléctrico ira desplazando progresivamente a los contaminantes motores de gasolina actuales.
Procesos de carga más rápidos
Los sistemas de carga rápida para los coches eléctricos han mejorado de forma propicia lo que permitirá reducir de forma considerable los tiempos de espera para cargar las baterías.
Pila de combustible
El hidrógeno se convierte en energía eléctrica. El funcionamiento es muy parecido al de automóviles eléctricos, sin que sea necesaria una batería tan pesada y grande. Otro punto importante a su favor: solo expulsa vapor de agua.
Conducción autónoma
Hasta no hace mucho los coches autónomos eran un sueño. Estos tipos de vehículo están divididos en cinco niveles, dependiendo de la mediación que requieren por parte de un humano para ser conducidos. A día de hoy, hay coches que dirigen por sí solos el volante, el freno y el acelerador. El conductor solo debe intervenir si el sistema detecta algún inconveniente.
Baterías de grafeno
El grafeno es un nanomaterial a base de carbono considerado por muchos como “el material del futuro”. Este se obtiene del grafito y es 200 veces más resistente que aleaciones tradicionales como el acero. Es sumamente ligero, flexible y al ser un excelente conductor térmico y eléctrico tiene numerosas aplicaciones prácticas.
Se emplea en la fabricación de novedosas baterías, aportándoles una mayor autonomía y un tiempo de carga reducido. Electrodos de grafeno ya se están incluyendo en baterías convencionales –como las de Ion-Litio– las cuales se recargan más rápidamente.
Software
Por último, pero no por ello menos importante, cabe señalar que las empresas de software dominarán el sector de la automoción en el futuro. Esto es lógico, considerando que todo el «hardware» y la tecnología física implementada en los vehículos debe funcionar dirigida por un set de instrucciones digitales o virtuales, o sea, el software. Los avances en algoritmos, inteligencia artificial, análisis de patrones y las continuas mejoras a los códigos y lenguajes implementados también contribuyen a mejorar la experiencia de usuario y la eficiencia de los componentes tangibles del coche.
Motorización
Los motores eléctricos parecen ser, a todas luces, la clave para la motorización de los vehículos del futuro. La alternativa energéticamente más eficiente, novedosa y, hasta cierto punto señalada como la más ecológica, es la de los vehículos eléctricos de batería recargable. El desarrollo y la inclusión de nuevos avances científico-técnicos en la fabricación de baterías eléctricas ha permitido un notable crecimiento en la fabricación de vehículos eléctricos.
Vehículos eléctricos
El futuro de los coches eléctricos es muy positivo y uno de los motivos es que los vehículos de combustión interna serán prohibidos en las próximas décadas. Además, en regiones como por ejemplo la Unión Europea, se han aprobado una serie de medidas de emisiones que obligan a las marcas a migrar hacia los coches eléctricos. Otro indicador importante para potenciar la demanda de vehículos eléctricos es el poder contar con una estación de carga por cada 10 vehículos eléctricos.
Las mejores razones para conducir un coche eléctrico
Los coches eléctricos han alcanzado la mayoría de edad. En gran medida ya se han resuelto los problemas de la autonomía, la velocidad de carga y la capacidad de gestionar la temperatura de la batería. Los modelos actuales ofrecen buenas prestaciones y la tranquilidad de que estamos contribuyendo a salvar el planeta.
Son amigables con el medio ambiente al ser una energía que no emite ningún tipo de residuo durante su uso. La emisión de ruidos es notablemente menor al de los vehículos tradicionales de combustión interna. Su mantenimiento y las facturas de taller son más baratas debido a que el motor de este tipo de vehículos es mucho más sencillo. El precio de la electricidad es más barato que el de la gasolina. Las compañías aseguradoras ofrecen mejores precios a los coches eléctricos que a los tradicionales. Y además, en muchos países subvencionan la compra de coches eléctricos.
Los vehículos eléctricos, ya sean propios o a través de renting, se están convirtiendo en la opción más demandada por su menor coste de mantenimiento, menor consumo y por su menor impacto sobre el medio ambiente.
Vehículos de hidrógeno
La definición de automóviles de hidrógeno se puede expresar en términos sencillos como un automóvil o vehículo que usa hidrógeno como combustible.
Ventajas de los coches de hidrógeno
- La primera y principal ventaja de los coches de hidrógeno es que son respetuosos con el medio ambiente y no suponen una amenaza para el mismo.
- Los combustibles fósiles son finitos y no renovables, mientras que el hidrógeno está disponible en abundancia, por lo que no hay que preocuparse por el agotamiento del hidrógeno.
- Entre el 90-95% de la energía producida por las pilas de combustible se convierte en energía eléctrica, lo que hace que estos coches sean energéticamente muy eficientes.
- No se liberan gases nocivos como subproducto. Los únicos subproductos son el agua y una pequeña cantidad de calor, lo que evita la contaminación del aire.
Los vehículos con pila de combustible de hidrógeno son una buena alternativa a los de combustión e incluso a los eléctricos. Aunque su presencia en el mercado es bastante modesta, sobre todo en España, los planes nacionales para 2030 apuntan a un parque objetivo de más de 6.000 vehículos alimentados por hidrógeno, entre ligeros y pesados, para el transporte de mercancías. A esto se le suman hasta dos centenares de hidrogeneras donde repostar.
Vehículos eléctricos de fuentes renovables
El 95% de los coches nuevos que se matriculen en 2030 serán híbridos o eléctricos, primando estos últimos con un 55% del total. Sin embargo, más del 75% seguirá siendo de combustión aunque este porcentaje disminuirá gradualmente. La transición hacia un mercado de movilidad libre de emisiones será imposible sin la electrificación del parque móvil. Además, este se alimentaría de fuentes de energía renovables, por lo que es capital la falta de dichas fuentes. También es vital que podamos usarlas en situaciones donde no haya sol o viento.
Al contar con mercados como EEUU, Canadá, Francia, Reino Unido y España comprometidos con la transición hacia una industria verde en las próximas dos décadas, los días de los motores de combustión están contados. Pero, en muchas situaciones, los motores alimentados por baterías no podrán cubrir todas las necesidades.
Con la cantidad de intereses en juego y las distintas preferencias y necesidades de los usuarios, es difícil ajustarse a una sola tecnología verde que sea conveniente para todos. Ahora se trata de una carrera para alcanzar la mejor relación entre autonomía y costes para cada tipo de vehículo. Esta competencia no acabará hasta que cesen las ventas de coches de gasolina y diésel en los países decisores.
La discusión sobre qué tecnología tendrá éxito en los coches todavía no está resuelta, pero este debate deberá finalizar antes de que termine esta década. Lo que sí se puede afirmar, sin duda, es que la migración de la industria desde los coches de gasolina o diésel hacia los coches eléctricos o de hidrógeno es necesaria e inevitable.